Tipos de fugas en tuberías hay únicamente tres, pero es fundamental conocerlos para poder solucionar el problema.
Fugas de agua visibles
Son aquellas que pueden ser detectadas de manera rápida con tan solo un vistazo. Se manifiestan en la superficie. Es relativamente sencillo reconocerlas y establecer pautas de actuación para ponerles solución.
Fugas de agua que generan ruido
Las fugas de agua que generan ruido es el campo que conocemos como detección acústica. El campo en el que se han centrado la mayor parte de las investigaciones desde hace décadas.
Investigaciones centradas en el análisis de frecuencias y la amplificación del sonido. La localización está basada en la escucha del sonido que producen las fugas de agua. Para cualquier profesional con conocimientos técnicos este tipo de fugas se pueden solucionar rápidamente si cuenta con un geófono.
¿Por qué? Porque son herramientas que captan emisiones acústicas de manera precisa y rápida. Es una herramienta que funciona muy bien.
Las tuberías de polietileno y PVC transmiten el sonido 4 veces menos que las metálicas. La dificultad para detectar fugas de agua con esta herramienta se agrava.
Es evidente que, ante esta situación, se hace evidente el desarrollo de nuevas tecnologías basadas en parámetros diferentes. Es en este campo donde centramos gran parte de nuestros recursos en I+D+i.
No obstante, de poco sirve disponer de las mejores tecnologías sin dar una formación adecuada a nuestros trabajadores. Esta formación pasa, principalmente, por saber escoger la herramienta adecuada para cada tipo de fuga.
Y, no, el geófono no es siempre la mejor herramienta. Por ejemplo, para detectar fugas en sistemas de protección contra incendios o en un circuito de calefacción, deberíamos emplear otra.
Fugas de agua silenciosas
Existe un tercer tipo de fugas de agua en tuberías: las silenciosas. No se pueden observar a simple vista. No se pueden detectar con sistemas de detección acústica.
Ni siquiera sabemos que están ahí. Es fundamental tener claro que la mayor parte de las fugas de agua (más del 80%) son silenciosas y que la dificultad a la hora de localizarlas es mayor.
Para este tipo de fugas es fundamental emplear un gas trazador. Igual que el resto de las herramientas, funciona muy bien en ciertos casos, pero en otros supone una pérdida de tiempo.
El gas trazador funciona de una forma muy simple: se inyecta el gas dentro de una tubería y a continuación se recorre la zona por la que pasa la tubería con un detector de gases. Con ello, logramos detectar la presencia de gases. Cuando los indicadores superan los parámetros, la fuga de agua está cerca.
Dada la facilidad y los buenos resultados que ofrecen los gases trazadores, cada vez se abusa más de su utilización, debido al desconocimiento sobre esta tecnología y sus grandes limitaciones.
El exceso de presión al que sometemos a las tuberías puede provocar accidentes de gran envergadura. Además hay que tener en cuenta que el gas, por su propia naturaleza, puede resultar bastante inexacto. Su densidad, al ser muy similar a la del aire, puede hacer que se expanda a cientos de metros.
En definitiva, cada sistema ofrece sus ventajas e inconvenientes y todos son complementarios entre sí.
En la actualidad utilizamos diferentes sistemas de localización de fugas de agua para intervenir en Toledo. Seguimos investigando para conseguir soluciones que se adapten a las diferentes situaciones a las que nos enfrentamos día a día por Toledo. Por eso en Álvaro e Hijos trabajamos en la creación y desarrollo de nuevos sistemas. También trabajamos por mejorar los existentes.